Entonces zen

Entonces había un concierto zen en una ciudad zen y fui con un sen sei. Había gente zen. Con la música comencé a sentirme bien zen. Me concentré en el sonido, como la gente zen. Entonces zen, perdón, sentí el zen. Comenzen a sentir que el zentido del dron zen me tocaba en el centro del ojo tercern. Me zentía como John Keish en su jaula zen. De repente se iba mi concentración en una notificación de otro sen sei. El de al lado me decía: ¿qué zen tís? Y yo, pues... todo muy zen, no lo zen. El concierto seguía ¿cuándo zenamos? No zend, mai fren. Sigue un poco más, zentáte acá, que no zen cuando si zend este concierten. Tengo miaos, pensén. Siente el zen que es Orizental en occidente, accidente zen. Estoy que me orino en zentido tuyo. Te vas a perderzen, ¡que ahora pasa del zeeeeeen! Ves vibrar a todos en zentido contrario y elevarsen. Entoces zen... tí mi quinto sentido a una alta gradación de mi sentido del zen, a punto de estallarse contra la poblacién y entonces una imagen: ruido de cerebros en cascada que caen como una cascada, sobre otra cascada, sobre otra al infinito.

¿Sentís? Que sensación zen, repetirén.

Salimos del concierto dejando atrás un charco de cerveza, con sudor en Instagramos y orinadas. 

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