A parar

No sé de que parte del cuerpo saqué esta frase para decirla ahora en la confusión de no ser nada o poco en este país. Si se dirige a la momia, a la migración o a Colombia, y seguro que me la robé de alguna brujita que se me puso al oído. Si alguien sabe de quién que me lo diga, porque lo olvidé. Me gustaría tanto tener más tiempo para ir sembrando en la calle las preguntas del paro nacional en Colombia. Llenar redes de memes, dibujos, bits, beats... Me gustaría estar allá buscando cómo respirar, pero sé que aquí también hacemos memoria, memoria migrante, memoria de una Colombia que también para, se detiene, respira, allá donde esté. Que no nos asusten, que no nos dividan, que no nos hagan blanco de nuevas 'Cambridge analíticas', ni de decretos impuestos por debajo de la sábana para dar más licencias a empresas del norte, de los mismos, de eso cuántos. Estas palabras se las dedico a mis hermanos, a mis primos, a mi familia, a mis muertas, por el aprender y el saber caminar con varias miradas, sin caer en los opuestos, en las grandes verdades, en la polarización de las redes, que nada tiene que ver con el día a día. A mi familia extendida, con los que comparto vidas en este migrar y re-migrar (porque parte de mis abuelos migraron a Colombia, se desplazaron dentro, y nosotras remigramos). Les invito a respirar también el paro y la cacerola, a pellizcarse, a pellizcarnos juntes, por el correlato colonial entre Europa y Latinoamérica, por el caminar juntos de manera más simétrica, por el denunciar los abusos de empresas que se enriquecen aquí, que siguen tomando de allá, por lo chiquito también. Por la papa, el tomate, el pan tomàquet, el maiz, la quinua, la maca y toda esa alimentación que ha salvado generaciones y hambrunas, que viene de allá para acá y de vuelta. Por el azúcar y el chocolate que instituyó la esclavitud, oigamos el correlato. Sea ahora por el litio, nuevo oro, contra el litio, nuevo oro, que crea los esclavos del futuro, vamos a descrearnos. No es un tema mío, nacional, de un continente, del sur global, es planetario. Siéntalo, escuchemos. Violeta Ospina

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