Aspectos sobre el proyecto Agujero Negro por M.H


1. El testimonio

Si bien una de las imágenes que acompaña permanentemente a la obra de arte es la del
testimonio, no siempre se encuentran obras en las que el testigo también sea cuestionado,
interrogado, o simplemente reconocido como instancia subjetiva que, al tiempo que
registra, inventa, rememora y desborda el hecho original del cual entra y sale
constantemente. Sin embargo, las escenas que evoca este trabajo no son gratuitas; en
realidad dejan intuir una red de relaciones que subyace las apariencias y vincula lugares,
fenómenos e imágenes aparentemente distantes; tal vez es el cruce de este entramado con
las apariencias inmediatas lo que se revela cuando lo normal se desenfoca.
De ahí surge una de las características más fuertes de este trabajo: la experiencia de
transitar un mundo conocido y desconocido, cotidiano y extraordinario, visto y no visto.

2. Las imágenes

En este proyecto la autora se evidencia el gran dominio de sus medios: la vitalidad del
color, la justeza de los contrastes y, especialmente, el ritmo infalible.
En efecto, esta obra, en lo más profundo es una amplia, paciente y certera reflexión sobre
el tiempo: el tiempo de la construcción, el tiempo de la percepción y el tiempo de la
experiencia

3. El humor

Adicionalmente, “Agujero Negro” contiene un espíritu humorístico en su mejor sentido:
desplaza las categorías de lo conocido sin violentarlas, pero sin dejarlas indemnes; instala
dudas, rompe rigideces, evoca, celebra, destruye y reconstruye en un aquí y ahora que no
se estabiliza, como un agujero negro que no termina nunca de llenarse.

Por Miguel Huertas


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