ZORDOSORDO 4 - La voz del abuelo

Mi madre me decía que el abuelo escuchaba, más bien viajaba, por todos los países del mundo desde su silla, en una radio grande como un mueble, marca Phillips, una máquina regordeta y vieja, de color ocre y caramelo, con dos perillas redondas y plateadas. Un día encendí la radio a solas, me senté en la silla, comencé a mover la perilla de la frecuencia a.m para viajar como él. Voces en francés, en inglés, en ruso, en húngaro... esa radio era políglota. A un extremo de las frecuencias, me sorprendió una voz gruesa y ronca que parecía hablar desde un tubo. Sus palabras se perdían en balbuceos y graves entre el hizz. Supe que esa era la voz de mi abuelo, prisionera eterna de la frecuencia del a.m.

Mi abuelo murió con demencia senil en un convento de Galicia. Me hubiese gustado mucho hacer radio con él.

Leonato Povis

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