Declaraciones de La Burra:
sobre cómo abre una bolsa cargada con más de 40 libros, fanzines y
postales del otro lado del Atlántico y se convierte en un animal con
cuatro patas y dos ruedas.
L. me preguntó esta la tarde si ya había abierto la bolsa con los fanzines de la exposición. Tuve vergüenza de decirle la verdad, que por miedo o por pereza no la había abierto y que llevaba mirándome desde el primer día, en el mismo rincón de la sala, cerca del sofá. La bolsa dice "La burra" y tiene el dibujo de una bicicleta, a la que también se le dice burra en Bogotá. No quería abrir la burra
sola. Tal vez esperaba tener a alguien al lado para abrirla y descubrir
su interior, porque presentía que como en una biblioteca, me podían
caer 20.000 libros de un sopetón o como una ola, iba a quedar empapada
de la responsabilidad de una correspondencia lejana. Le dije la verdad a L. Que solo la había abierto por un instantante cuando YY, me la
entregó y que había visto asomarse una lana fuccia y uno que otro
fanzine rebelde, con un formato inusitado de caja de casette que se
había escapado del resto.
Fui a casa en la noche y la bolsa me llamó definitivamente. La
abrí y mientras iba recorriendo lo títulos, los dibujos y las
ilustraciones de cada librillo, iba entre viendo un mar de nombres, con
caras difusas, nombres del otro lado del Atlántico que me llamaban como
sirenas de una ciudad llamada Bacatá, Bogotá, Huecotá. Olores
familiares, lugares reconicibles, nombres de barrios, grafías próximas,
palabras de la calle, gustos musicales me llegaron como relámpagos. Toda la
movida de una generación vivida y reconicible. Rastros de ironía, de lo
impresentable, de otras feminidades y otras maculinidades, de las
tribus y de lo que quedó de las tribus, de quehaceres colectivos,
llegaban en forma de publicaciones de todos los tamaños, impresiones,
gustos y sobre todo colores, muchos colores, como para contrarestar el
gris de Bogotá, con toda.
Soy la que abrió la caja de Pandora, la
misma caka que se abrió uan vez para traer al mundo los males, los
pesares y los desdenes, pero también las dichas, las luchas, los
supervivientes, las esperanzas, los usmes, los chapineros y los soachas.
Todo en una misma caja, la caja que me abrió un
agujero con el ansia de distancia, "distanciansia", esa saudade, esa
semi-nostalgia y ese guayabo de inmigrante. Cierra la burra desde el puerto guardando una gran colección de fanzines editados en su
mayoría por chicas, pero también por colectivos de chicos y chicas, a la espera de ser abiertos por nuevas Pandoras en el mundo más viejo.
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Papel Viajero en Barcelona es un proyecto de Miércoles de Chicas, de Bogotá en colaboración con Jam Circus y las chicas satélite: Lorena Restrepo, Juana Calle, Violeta Ospina y Lola Dunham.
Con invitados especiales. |
Inauguramos el 17 de septiembre de 2016 en Jam Circus, Barcelona.
muy bellamente recibido y brindado. qué bella dama
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