pensadores sonoros

pensa miento piensa

sapiens miente pie

y es sapiencia miento

o sapiens a mí en

mi on top,

pie en so,

só em mim

mi en sol

piensa miento pie

Cada pasito dado en este texto resta realidad a la duración. Cada pasito en grupo deshace el tiempo y lo acelera. Suma de frecuencias, suma de alteridades. Si algo tiene el acontecimiento sonoro es la repetición eterna de un pretérito de la escucha, si algo tiene la escucha es la necesidad de un receptor y emisor activo en un diálogo con otro tiempo. Póngale oreja a la duración de este texto y advierta a cada pausa la alegoría de lo vivido. Tome un clavel y un palo haga sonar la escultura (Homenaje a Alfonso López, de Feliza Burztyn). Túmbese de bruces y emita una gran a. Túmbese en el pasto junto a unos parlantes telúricos. Sumérjase en la lectura cacofónica de varias voces al unísono: a los timbres desconocidos, a las libertades emotivas de la voz, a las cadencias interesantes, a las modulaciones inesperadas,  a la persistencia del gesto, a la organicidad colectiva y, sobretodo, a los accesos a la locura.

Hasta ahí mi memoria, una memoria dinámica del proyecto experimental que nos convoca; motivado por el encuentro de lo inaudito, por la configuración de manifestaciones imposibles, por el deseo de intervenir los intersticios de la Universidad Nacional y otros espacios no localizables, gracias a las muchas otras temporalidades sonoras en el territorio de lo imaginado. Antes de la configuración de una serie de imposibilidades viene la necesidad del encuentro. Antes del encuentro, la seducción de una travesía sonora. Antes de la travesía, la búsqueda por recuperar los lugares para un cuerpo indisciplinado. Antes de ese cuerpo, la política de lo indecible. Antes de lo indecible, el discurso. Antes del discurso, la palabra. Antes de la palabra esta página en blanco. Antes, “el silencio que nadie escuchó”*.

Violeta Ospina

Pensar sonido

Actos de la voz

Publicación de la Universidad Nacional de Colombia

7 de abril de 2010

*Arnaldo Antunes.