PSS el orden del caos
El colectivo pss: pensar sonido
presenta "Pss: el orden del caos"
Sinopsis
Durante varios jueves de juegos y ejercicios por activar el espacio del Laboratorio del Parqueadero durante la exposición "Actos de la Escucha" estuvo en el orden del día una "microacción" que consistía en el desplazamiento de 1000 cascabeles hilados en un nylon por el Museo del Banco de la República. La construcción de la gran línea de cascabeles necesitaba de varios nodos de apoyo, al menos cinco personas, y se proponía escuchar el movimiento y el deseo del otro con la intención de moverse hasta las afueras del edificio. Con esa condición en el interior de la exposición se uso el gran cono de madera como elemento resonante y luego, las escaleras del Museo del segundo al primer piso. Allí se produjo la caída de los cascabeles y ese espacio en sí se convirtió en un gran cono que amplificaba la caída de los objetos y algunas improvisaciones vocales. Un chorro de ruido inundaba el espacio con la cadencia de algunos cascabeles en fuga. La arquitectura como amplificadora era parte del ejercicio hasta que los cascabeles dejaban de caer o la cuerda ser rompía. Nunca llegamos a salir del todo del edificio porque el ejercicio se prolongaba y el museo se cerraba, una vez el nylon se rompió demasiado pronto y preferimos dejar caer el resto de los cascabeles por la escalera. Un ritmo grupal se empezó a sentir a cada caída y la distribución de los cascabeles por el suelo tenía un impulso caótico que a cada movimiento iba buscando el orden de nuevo, los objetos en su caída en el caos regresaban a su primer magma, reunidos en un sólo sitio. Así terminaba el experimento.
Del experimento quedaron algunos cascabeles en los interticios de la escalera y dos registros en video.
presenta "Pss: el orden del caos"
Sinopsis
Durante varios jueves de juegos y ejercicios por activar el espacio del Laboratorio del Parqueadero durante la exposición "Actos de la Escucha" estuvo en el orden del día una "microacción" que consistía en el desplazamiento de 1000 cascabeles hilados en un nylon por el Museo del Banco de la República. La construcción de la gran línea de cascabeles necesitaba de varios nodos de apoyo, al menos cinco personas, y se proponía escuchar el movimiento y el deseo del otro con la intención de moverse hasta las afueras del edificio. Con esa condición en el interior de la exposición se uso el gran cono de madera como elemento resonante y luego, las escaleras del Museo del segundo al primer piso. Allí se produjo la caída de los cascabeles y ese espacio en sí se convirtió en un gran cono que amplificaba la caída de los objetos y algunas improvisaciones vocales. Un chorro de ruido inundaba el espacio con la cadencia de algunos cascabeles en fuga. La arquitectura como amplificadora era parte del ejercicio hasta que los cascabeles dejaban de caer o la cuerda ser rompía. Nunca llegamos a salir del todo del edificio porque el ejercicio se prolongaba y el museo se cerraba, una vez el nylon se rompió demasiado pronto y preferimos dejar caer el resto de los cascabeles por la escalera. Un ritmo grupal se empezó a sentir a cada caída y la distribución de los cascabeles por el suelo tenía un impulso caótico que a cada movimiento iba buscando el orden de nuevo, los objetos en su caída en el caos regresaban a su primer magma, reunidos en un sólo sitio. Así terminaba el experimento.
Del experimento quedaron algunos cascabeles en los interticios de la escalera y dos registros en video.
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