Directo (ala) nariz - Circuito "De mejores casas me han echado"


 La instauración “Directo (a la) nariz” estuvo marcada por dos constantes: la suspensión del tiempo ante un estado de eminente de desalojo y la presencia del espectador como intruso o voyeur. La idea de desalojo aparece tras la observación de las ventanas de una casa esquinera en la Avenida El Dorado, a unas cuadras de mi residencia, y de carteles que solicitan ayuda ante las amenazas de “tierreros”, ‘dueños legítimos’, que quieren sacarlos a la fuerza. El voyeur aparece a partir del contacto con la historia de esta familia (una mujer, su padre y su hija), relatada en fragmentos por sus vecinos. Dicha casa, al igual que otras casas del barrio, podría ser un espacio privilegiado para la construcción de un hotel. La familia es finalmente sacada a la fuerza. Después de comunicarme varias veces por teléfono con la mujer, y a pesar de haber intentado encontrarnos para hablar, ella deja de responder a mis llamadas y desaparece. Comienzo a imaginarla como una gran esquina hecha pedazos.

Para “Directo a la nariz” pensé en dos movimientos: inhalación y expiración (intruso y expulsión). Mi casa se vacía como en la traducción del desalojo de los vecinos y de un estado de expulsión personal. El espacio de la instalación se va construyendo de estos pedazos: a partir de una videografía realizada en el barrio, de fragmentos del huracán en la película el Mago de Oz, de los relatos de los vecinos que traducen una situación personal y colectiva, de dibujos, palabras y fonemas emitidos por circuito cerrado desde el cuarto de la artista al patio, de una escultura móvil (cambuche) que baila y esconde un ombligo, de una pista de lanzamiento para aviones de papel que el espectador puede hacer volar hacia el cuarto, de un cuarto con el relato de una profesora que se queja de no tener tiempo (adaptación de una ilustración Robert Crumb del Diario de Bukowski) y de un despertar que echa a todos a la calle. La acción termina en la esquina traducida y señalada, con el sonido de una banda militar, la procesión del “cambuche” y una torta de conmemoración. Desde el segundo piso algunos individuos nos observan con temor y sospecha, comiendo torta y dialogando sobre el acontecimiento.

De mejores casas me han echado, marco de presentación del acontecimineto, es un proyecto de Trip-trípode Lab.

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