P.B.D.A.N (2) Escritura del desenfoque -


La ventana (las capas de la mirada)

"Al principio creó los paisajes, después creó las ciudades; más tarde las calles y las travesías, una a una, cincelándolas en la materia de su alma – una a una las calles, barrio a barrio, hasta los paredones de los muelles, en donde construyó puertos más tarde... Una a una las calles, y la gente que las recorría y que las miraba desde las ventanas... (…) Y así fue construyendo su pasado... Pronto tuvo otra vida anterior... Tenía ya, en esa nueva patria, un lugar donde había nacido, los sitios donde había pasado la juventud, los puertos donde había embarcado... Iba teniendo poco a poco los compañeros de la infancia y más tarde los amigos y enemigos de su madurez... Todo era diferente de como lo había tenido – ni el país, ni la gente, ni siquiera su mismo pasado se asemejaban a lo que habían sido...". El Marinero de Fernando Pessoa.


Ella no sabe si escribe del recuerdo que tiene de un gran hueco en el asfalto al borde de su ventana o de la imagen que ha construido durante este tiempo tras horas y horas de grabación de un gran paisaje de lo absurdo. No sabe si es el agujero antes de su ojo izquierdo destrozado, o de su ojo mano derecha en desenfoque. Ella tiene una ventana que da al mundo entero, a la maqueta del tiempo, o al menos de lo que piensa es su país. Una ventana que da a una república en construcción, una maqueta en despegue suspendido. Ella sigue estúpidamente la continuidad de un proceso de restauración y destrucción del material de esa república sonora. Ella no sabe si es El Marinero de Fernando Pessoa y si es su ventana ciega que sueña a cada tanto una imagen que le llega de un república jamás terminada.


El acto distancioso

¿Qué hace un ojo torpe a la escucha? Celebra la vida descubriendo en obreros de la calle, titanes; en pedazos de asfalto, monolitos; en la señalización urbana, signos de un laberinto; en el desencanto, el incendio; en la pérdida de la mirada, un agujero negro; y todo al tiempo repeliendo su cuerpo, imantándolo de nuevo.

Desde esa ventana le apena seguirlo en suspensión al agujero negro ojo a oído nunca construido. ¿Qué queda en su cuerpo en esta distancia deseo que los enmarca? El ansia de distancia. Ella ha estado registrando a cada tanto los eventos que la rodean o los rodeos que habitan. Contemplación de retina izquierda. Ella ve sus tus síntomas, percibe como envejece, como se moja, como se llena de escombros y de agua. Ha registrado como se baña y se seca. Como ahora luce tan igual, tan parejo, tan casi nada. También ha estado presente cuando lo acompañan obreros de trajes vistosos, que lo maquillan, lo decoran, le hacen máscaras. Piensa entonces en hablarles, pero además de sentirse ciega de un ojo, es medio muda y a veces, incapaz de hacer preguntas.

Para hacer una ficción documental sobre él, debería haber hablado con estas personas, pero solo podía, torpemente, registrar su labor desde su ventana. El mundo está hecho de ventanas como decía Leonardo Da Vinci. Amor vinci omnia. Ventanas a ruinas que dan a pequeñas ventanitas o a otras más ruinosas. Ella puede imaginar en la construcción y destrucción de su cuerpo informe una patria-tiempo en suspensión. Agua turbia sólo en movimiento en la duración actual del video. Odisea nocturna. Argonautas en búsqueda de la tierra y el abismo. Un territorio inestable plagado de simultaneidades y de esta desilusión que la embaraza.





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