Na beira...



Subiendo en la noche por un claro de piedras y arena escucho el sonido del viento en los troncos de bambú. Poco a poco aparecen un grupo de luciérnagas, luego, parados, vemos desfilar una centena más y de repente quedamos frente a una gran constelación intermitente. Siento su mano agarrando la mía que me guía hacia arriba. Corremos a la playa para avisarle a todos sobre el descubrimiento, pero las luces fueron tragadas por la oscuridad y nadie nos creyó, lo juro. (Isla Bella - Ilha Bela)

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